Lo intenté.
Traté de sacarte de mi mente.
De no pensar en ti.
De no recordar todos esos momentos juntos.
En el carro.
En la casa.
Lo intenté.
Traté de superarte, de superarlo.
De decirte adios.
De hacerme a la idea de tu definitiva ausencia.
Lo intenté, pero no pude, querido portadiscos…
No puedo.
No puedo dejar de pensar en ti, en todo lo que guardabas
en tu cuerpecito de vinyl.
Te extraño hoy aún más porque me he dado cuenta que dentro de ti
llevabas también mi disco de los RayasBlancas.
¿Dónde estás, cariño? y ¿dónde está el maldito que te apartó de mí?
Maldito.
Como dice el tulio: maldito entre malditos…