GALLETAS (¿cuántas tazas de harina le pusiste?)

Me gusta hornear. Me gusta cocinar. Miren, en realidad, fuera de que estoy peleada con el trapeador soy bien modosita. Y la cocina me gusta (también lavar trastes!).

Y hoy tenía cita en la cocina de mi doñasilvia para preparar y hornear galletas de avena con mantequilla de cacahuate. Todo iba bien, los ingredientes alrededor de mí sonreían emocionados, mi delantal, lavar manos y listo. Los cuestionamientos comenzaron justo cuando comencé a añadir los ingredientes:

¿De cuál azúcar le pusiste?

¿Antes o después de la vainilla?

¿Cerniste la harina?

¿Bien?

¿Usaste la taza medidora?

Tampoco faltaron las exclamaciones:

¡Es mucha avena!

¡Es poca avena!

¡Taaanta vainilla!

¡Bate, bate, bate!

Las instrucciones:

Las bolas deben ser bien chiquitas

No tanto

Están muy chiquitas

No tan grandes

Más bien medianitas

Separadas

No tanto

No tan pegadas…

Nooombre le dan a una ganas de salir corriendo a la tienda de la esquina por un paquete de Barritas de Fresa (tema para otro post) y sentarse a una esquina.

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