La historia de siempre.
Chica conoce a chico.
Chico flirtea con chica (o al revés)
Chico y chica intercambian teléfonos (o e mails)
Chico escribe a chica (o al revés).
Chico y chica comienzan algo (algo, if you know what i mean…)
Chico y chica aprenden cómo besarse, abrazarse, hacerse, el uno al otro.
Chico y chica se besan, se abrazan, se hacen, el uno al otro.
Chico y chica están, son.
Chica tiene problemas con chico.
Chica dice a chico, este es el fin (o algo así).
Chico habla de Clemencia.
Chica alega Autonomía.
Llamadas.
E mails.
Reuniones para hablar de esto (esto, sí, esto).
Discusiones.
Despedidas precipitadas.
Y luego…
Flores, sí, siempre hay flores del tamaño del lío.
Tarjetas, sí, siempre hay tarjetas con la profundidad del lío.
Citas en cafés.
Camisetas que dicen Give me a chance.
Suéteres lilas ceñidos al cuerpo.
Roce de manos.
Sonrisas.
Múltiples What if…
Pero ese mismo día…
¿Salimos?
Es que… ya tengo planes.
¿Con quién?
Oh, Clemencia…
Chico sale con otra chica (es una amiga, sólo una amiga)
Chica acude al budismo zen para no partirle la nariz en tres.
Un carro vuela por la ciudad bajo el ritmo de Peligroso Pop.
Chica se pregunta: Did I miss something here? y se acuerda de su amiga que le pidió hace dos días una definición de la palabra pareja.
Chica se repite su respuesta: soy la persona menos indicada… yo no sé de parejas