LA LEY DEL CINE (las palomitas sólo con coca-cola)

Es domingo.

En esta ciudad hay pocas opciones para el domingo, o bueno, pocas y frescas para un domingo de verano.

Y este es un domingo de verano. JuanSinMiedo y yo, después de un rato de análisis, optamos por la más fresca de las opciones: ir al cine. Y la salida requiere toda una programación materna.

Primero hubo que informarle que no vamos a ver caricaturas sino una película de programa (como él llama a las películas con actores de carne y hueso y no actores trazados con lápiz o mouse). Y créanme a los tipos de 4 años les parece que los actores-personas esos no tienen la solidez histriónica de los otros. Así que escucharle un bueno pues fue toda una victoria.

Segundo hubo que explicarle de la puntualidad para pagar una cuota menor y para ver la película desde el principio. ¿No le regresan, no ponen pausa? No niño no.

Tercero y más crítico, hacerle entender que es imposible que yo, su mamita chula que tanto lo quiere, acepte comprar una manzanita sol para acompañar las palomitas. Pero yo quiero manzanita. No, nene, no. Es mi favorita. Que no, no van. ¿Cómo no van? Así, no-van. Sé que es momento de decírselo. Decirle que es del conocimiento general, del dominio público vamos, que las palomitas solamente se acompañan con coca-cola. Está escrito. Es una ley sagrada. Es la ley del cine. El niño de los ojos grandes me mira, incrédulo. ¿La ley?

La manzanita sol es su favorita, pero una parte de su ser, le dice, le grita que debe ceder, y obedecer. Y finalmente acepta: Bueno coca-cola pues, pero… ¿me vas a comprar panditas, verdad?

Dios.

Panditas en el cine…

¿Cómo le digo que los panditas y el cine…?

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