SILENCIO

Hay días en que es mejor guardar silencio.

Porque no hay palabras suficientes.

Un abrazo, Luz, un abrazo largo.

PIEL DE DURAZNO (blues for the sis)

Qué curiosa la forma en que la mente nos hace divagar. Ayer, ayer pensé en mi hermana porque un hombre se acercó a mi carro a venderme durazno, toque la piel del durazno, me dijo.

La piel del durazno. Mi hermana.

De cuando en cuando acariciaba mi cara y me decía Duraznito, decía que tenía piel de durazno. Se refería al vellito que me crecía en las mejillas y por alguna razón, que desconozco por completo, le gustaba esa sensación en sus dedos. (Soy muy velludita, tanto, que a veces pienso que mi hijo está lejano de un futuro lampiño gracias a mí.)

Yo era Piel de Durazno.

Ella, mi hermana mayor.

Y pasan los años y pasa su ausencia, su distancia de muchos años, su silencio, el cubrimiento de su cuerpo, brazos, cabello, de su nombre. El pasado que nosotros habitamos no existe más para ella. Ella tiene un presente que desconozco y un futuro, ¿un futuro?

No entiendo, todavía hay cosas que no entiendo. Y asumo que no entenderé. Salió esa mañana de 1989 a un país extraño y asumió una vida extraña, al menos para mí.

Y la extraño. Su abrazo cálido, sus palabras, sus bromas, sus manos suaves, pequeñas, blancas.

Extraño ser su piel de durazno.

LA FIESTA DE MI HERMANO (qué extraña es la tranquilidad)

Lo siento, esto no se hace. Sorry hermanito pero me gustó tanto esto que tengo que compartirlo. Edité un poco, ji ji. Léanlo, es una linda y extraña tranquilidad. Algo que todos hemos sentido, de seguro. Sé que yo lo he sentido.
—–Mensaje original—–
Enviado el: jueves, 30 de septiembre de 2004 10:07
Para: Sylvia Faviola Aguilar Zéleny
Asunto: RE: ¿Qué?

El sábado hicimos una reunión en casa de Marco (en el Ajusco alto), uno de los amigos y que está recien separado. Era de sábado para domingo. Así que llevamos cobijas y colchones inflables. Yo preparé un par de codornices al jerez, , el JA y su mujer llevaron arrachera y chorizo argentino, el Marco mandó preparar dos conejos en adobo. Jesús llevó los pomos. La casa tiene chimenea y es amplia, aunque distribuida de manera curiosa. En fin, llegó otra mínima gente, bailamos, bebimos, hicimos terapia de cuarentones leve, tranquis. Nos llegó la tarde, la noche, la madrugada, el pinche frío de las cuatro de la mañana del domingo… dormimos. El domingo temprano a medio recoger el desmadre, ir a desayunar quesadillas, despedirnos. Me da la impresión de que salío demasiado bien, a nadie se le olvidó nada, nadie se puso mal, no se acabaron los pomos a pesar de la sed, no se acabó la cerveza, no hubo necesidad de ir por más de nada a altas horas de la noche. Nos apertrechamos bien… Y ¿sabes? no estoy acostumbrado a eso. Me da risa porque salió demasiado bien. No es que me guste que las cosas salgan mal, no es eso. será algo que tiene que ver con mi grupo de edad. Es una situación disfrutable, extraña.

SE VA, SE VA (y yo, sniff, sniiiiff)

Se supone que él me conocía de pequeña. De la primaria. Yo no lo recuerdo, la verdad. Pero fue bonito que lo mencionara en la primera entrevista. La hizo más ligera, y mis nervios fueron disminuyendo. No soy buena en las entrevistas de trabajo y esa era una entrevista de trabajo.

Habrá sido la plática, mi currículum o la terrible necesidad de una maestra de literatura, pero el caso es que me contrató y se convirtió en mi jefe. Mi Jefe de Jefes.

Y si la teoría del Meza sobre los jefes es correcta (checar el blog M& M), entonces mi Jefe no era mi Jefe. Porque siempre fue un encanto. Asumo que pocos han disfrutado la maravilla de tener un jefe en cuya oficina puedes desmontar todo tu desmadre profesional, personal, maternal, familiar, económico y sentimental, así sentadita en su mesa y con él enfrente escuchando atento, sonriente, encantador y simpático.

Lo invité a mi clase de Yoga. Y supongo que tuvieron que invitarlo ochomil personas más para decidirse a ir. Lo malo que luego se lastimó la rodilla ahí, pero a mí me consta que antes de ello logró el contorsionismo básico deseado por cualquiera.

Compartí con él muchas, muchas cosas. Ideas, proyectos, aficiones, libros, bromas… Y ahora que está a punto de dejar México, y llevarse toda la maravilla de su ser a España, no puedo sino admitir que lo voy a extrañar, snif, sniiiff. Y que aunque me gusta mucho mi jefa nueva, no podré nunca sentarme en esa mesa a compartir lo mismo que con mi Jefe de Jefes.

CASUALTIES OF (star) WARS

¿Qué posibilidades existen de que un niño de cinco años cuyas grandes aficiones son a)ponerse chaleco, casco y botas para jugar a diario y b) videojuegos de starwars encuentre a otro niño con aficiones similares?

El de cinco no se lo esperaba. No sabía lo que encontraría tras la puerta de la casa 524. No imaginaba que el hijo de esa amiga de mamá estaría allí con un casco negro, muy muy parecido al suyo, y una espada. No sospechaba que en el mundo, o al menos en su rumbo, existiría alguien tan parecido a él.

Un casco negro, un par de espadas, su imaginación.

La maravilla de su(s) universo(s) se resumen en eso.

¿Qué posibilidades existían de que esto ocurriera?

El sentido del humor del destino es divino. Oh, sí.

ME GUSTARÍA PLATICARLES DE ANOCHE ( ya que no estuvieron ahí)

Sí, me gustaría.

Porque anoche fui con el Meza a una exposición fotográfica.

Ahí vimos al papá de mi hijo a quien le estaban haciendo carrilla porque se le juntaron, en ese mismo lugar dos ex y para acabarla… ¡llegué yo!

Llegué yo y, ji ji, también le di la lata con la carrilla. Él aguantó vara.

En eso estaba cuando, de pronto, vemos no a uno sino a dos de mis ex. Uno acompañado otro no. Uno saludador otro pues no tanto.

El blanco de pronto fui yo.

Carrilla. Mucha carrilla.

Y yo, aguanté vara.

No saben cómo me gustaría que me hubieran visto entre azul y buenas noches, entre mis risas y mis alabestia.

El mejor comentario de la noche fue del Meza, como sieeempre, quien dijo ¿sabiamente? : Esto ya parece una reunión de Neuróticos Anónimos.



Platicar esto debe ser una imprudencia pero está visto que de prudente yo a veces no tengo nada.

Nada.

ENFRENTAR TUS MIEDOS (home made philosophy)

El pan

El martes pasado mi hijo fue víctima de dos perros. Eso le pasa a los niños que como perros salen correteando la motoneta del pan. Bueno, nadie le dice que no a esas donas de chocolate. Menos mi hijo. Y la cosa fue así, me metí por el dinero y el de cinco, temeroso a perder la oportunidad de saborear su consabida dona de chocolate, corrió like the wind tras la moto.

Los perros

El pequeño corría, corría y gritaba, gritaba: Señor, espere mi mamá fue por el modedero (sic), Señooooor. Iba tan concentrado en su asunto que no se percató de la presencia de dos pinches perros que lo persiguieron, le pescaron la espalda y lo tumbaron en plena calle.

Nadie alrededor.

Salía yo de la casa cuando lo veo venir, triste, lloroso y doloso.

Me mordieron, me mordieron, decía.

El chaleco

Quien conoce a Juanantonio, sabe que mi hijo desde mayo pasado habita las calles de la colonia con sus botas de astronauta bien puestas y su chaleco contra la nieve. El verano no lo asusta. Así que, por supuesto, ese martes de mordida mi hijo llevaba su outfit de todas las tardes. El chaleco fue precisamente lo que lo salvó de una mordida mayor (¿hay mordidas de primero,segundo y tercer grado?). El caso es que no pasó de un moretonazo y tres raspones. Pero el susto, el susto sí fue de primer grado (suponiendo que existan los sustos de primer, segundo y tercer grado).

El recuento

Quien conoce a Juanantonio, sabe que mi hijo habla mucho… MUCHO, así que quien conoce a Juanantonio puede imaginarse que pasamos una semana escuchando el recuento de los daños. La novedad de la semana fue que el de cinco ahora le teme a los perros, excepto a los que viven en casa de sus abuelos (y eso porque uno es viejo, la otra minúscula y otro más muy bruto).

El miedo

Este sábado comíamos en casa, sopa de avena y atún (¿ya les dije que ahora sí dejé la carne roja?) y platicábamos cuando de pronto me lo dijo: Dice la Ene que tenemos que enfrentar nuestros miedos. ¿Perdón? Sí y que por eso hay que buscar a los perros. Y yo creo que tiene razón, debo enfrentar mis miedos. Pero yo le dije a la Ene que para enfrentar nuestros miedos no es necesario enfrentar a los perros, puedo enfrentar el miedo en mi cabeza: así, perdiendo el miedo.



Así: perdiendo el miedo.

Así se enfrentan los miedos, perdiéndolos.

Así de simple.

¿Lo sabía usted?

ESTAS SON (las mañanitas)

El presente mensaje es para ALlanes que hoy llega a la edad de la ilusión óptica. Cumple años y es la primera vez de muchas (muchas muchas) que me toca felicitarla, desearle un GRAN día, un regalo más o menos decente de su marido, muchos abrazos, un beso del gordito que le lleva el garrafón del agua, unas papitas fiadas de la carretita de enfrente de su trabajo, un pastel sabroso, una cocacola bien fría y en general: un día tranquilo y bello MUY BELLO.

abrazos muchos… la sylvia

SERVICIO DE MENSAJERIA (terapia alterna)

Me gusta y a veces pienso que es una adicción, pero no lo es.

Me gusta porque todas esas madres que dicen de que con la red se acortan las distancias me funcionan.

Me gusta.

Me gusta abrir esa ventana y ver una lista de personas que quiero.

Me gusta más cuando están de color verde y no rojo.

Me gusta que a veces tienen etiquetas que dicen Away, Busy, Be right back… y que no me importa pues igual me pongo a escribirles. No contestan pero ahí están y lo harán en algún momento.

Me gusta que puedo cambiar mi nombre.

Me gusta que pueden cambiar su nombre.

Cambiamos nuestros nombres casi a diario, nombres que nos hacen reír, que nos hacen saber, que muestran eso que tenemos ahí, instalado en nuestro sentido del humor o en nuestro ánimo.

Me gusta que en este servicio de mensajería podemos hablar de todo y de nada.

Me gusta sentir que siempre hay alguien cerca, para contarle un chiste, un chisme, para resolver ecuaciones tridimensionales y espirituales, para hacer sugerencias, para pasar recetas, enviar cuentos o fotografías.

Me gusta.

Pero qué chingadamente feo es cuando nadie, nadie está conectado.

Como ahorita.

CUANDO CONOZCAS A ALGUIEN (reglas de oro)

1.Finge que no sabes que él ya sabe de ti lo mismo que tú sabes de él.

2.Si has aceptado comer con él (y con tu tropa) elige un lugar donde no haya demasiada catsup, mole o guacamole.

3.No te pongas nerviosa si él insiste en pagar loquesea.Tampoco ordenes demasiado.

3.No te pares de la mesa, no vaya a ser que tus amigas te cambien de lugar.

4.No preguntes cuál es su carro, si tiene aire y dónde vive.

5.Maneja bien.