HAPPY MEAL (una canción de los cardigans escrita para sylvíssima)

Hay cosas que otros dicen mejor que uno (ni hablar de canciones que otros cantan mejor que uno). Así que en lugar de hablar de lo que siento mejor escuchen a los Cardigans:

arrange the books

clean up the small table by the sofa

arrange my clothes

shape up the place

eager for the meeting

the dinner we’ll be eating,

wine that we’ll be drinking

and kinky thoughts I’m thinking,

all because of you

and now I’ve found a partner,

no one can be, happier than I am

and now I’ve found a new friend,

no one can be, happier than me…

INSISTO, ¿DÓNDE ESTÁ EL INSTRUCTIVO? (las dudas de una madre)

Tengo años buscándolo y no aparece. Es algo muy común, adquirimos algo y el instructivo lo mandamos al demonio. Bueno, ¿quién necesita el instructivo de un tostador o de una secadora de cabello? Hay un instructivo para todo, por eso es fácil pensar que un hijo debe venir con instructivo, es lo mínimo ¿no? digo, es también una inversión.

Pero yo traspapelé el mío (el instructivo, no el hijo) o simple y sencillamente la cruda realidad: no venía con instructivo. Pero a cada rato siento el impulso de buscarlo. Como este sábado en que al ver la imagen de Cristo con la corona de espinas (en una estampita que vendían en la calle) me dictó, muy serio, una serie de preguntas:

1) ¿Quién le hizo eso?

2) ¿Por qué lo clavaron?

3) ¿Por qué nadie le ayuda?

Y yo, rogándole a los ángeles, a los santos y a vosotros hermanos por respuestas concretas. Antes de finalizar mis plegaras la cuarta demanda estaba ya expuesta:

4) ¿Por qué nunca me has platicado la historia de diosito?

Mi versión de la historia de Cristo estuvo amenizada por pesebres, borreguitos, reyes, estrella de belén, acá todo muy naif… y él no cesaba de preguntar pero ¿y la corona de espinas? ¿cuándo pasó eso?

Demonios, digo… bueno, el caso es que estaba atorada. Continué una versión tipo duro de matar en la que Cristo en lugar de devolver cada bendito trancazo, simplemente pone la otra mejilla y permite ser crucificado, muerto y sepultado por, ay nanita, nuestra salvación. ¿Y su papá no hizo nada? Y yo con ganas de decirle al de cinco, no, nada y ese es mi gran dilema religioso desde que tengo uso de razón. No, no hizo nada, hijo. Nadie hizo nada.

Silencio largo.

¿Quieres decir que es como en las películas? (¿ya ven?, no estaba perdida en mi referente) En las películas siempre hay uno que se sacrifica por un amigo.



Silencio mediano.



No podía desaprovechar esa oportunidad de irme por un camino menos sinuoso.

Ándale, así fue, como en las películas.

Y ahí, bendito Dios, quedó todo.

Hasta la próxima, hasta que esté en la primaria y alguien le platique del Big Bang y vénganos tu reino habrá que comparar la versión de Darwin con la versión del Catecismo… así que si alguien le encuentra el instructivo a su hijo, no sean gachos mándenme un forward del mismo.

SÁBADO DE ALTANOCHE (con sylvíssima)

Que conste que me invitaron, no voy de colada vil. El Vichu (conocido también como el Víctor Hugo Barrera) me ha dicho que me dé una vuelta a su programa de radio Altanoche este sábado a las 9:30 en radio universidad. La Sylvíssima, cual cool dj, girará algunas rolillas de su predilección (prometo ir más allá de mis obsesiones musicales -léase bowie-).

Así que si usted no tiene nada más qué hacer, ver, oír. Busque en su radio, 107.5 fm en radiouniversidad. Internautas puede oírnos en: http://www.uson.mx/medios_informativos/radio_uni.shtml

(my) BREAKFAST CLUB

Todo es un ciclo. Un ciclo que comienza y que se cierra.

El ciclo de mi breakfast club recién se cerró. Y este ciclo me gustaba tanto, tantísimo que sé que lo voy a extrañar.

En este ciclo la entrada era a las siete de la mañana y la salida a las ochoyveinte. Lunes, miércoles y viernes. En este ciclo nos reuníamos en una sala de biblioteca (¿a poco no se oye bien intelectual eso?). En este ciclo cuatro personas (que después sólo fueron tres) y yo nos sentábamos a tener una clase que, quizás, ninguno de nosotros tuvo nunca muy claramente. Quizá más importante que el análisis literario era la posibilidad de compartir, de hablar, hablar, hablar.

De escuchar.

Y en este ciclo se escuchaba de todo. Desde anécdotas de la infancia o de perros recién nacidos hasta recuento de los primos que asisten a la misma escuela. Desde consejos de moda (proporcionados no por las chicas sino por el chico más fashion de la prepa) hasta profundas quejas sobre el sistema de nuestra escuela.

Todo.

Más de diez años me separan de ese Breakfast Club, de esos tres chicos (porque uno, el momo, huyó en cuanto pudo) que llenaron mis mañanas del mejor sabor. Los ojos de la caro, las ocurrencias de la maría y el estilo (oh, my… what style!) del fofita serán lo que más extrañe el próximo semestre.

No, nunca desayunamos juntos (si acaso una vez me llevaron un café de contrabando) pero compartimos, compartimos mucho, juntos. Y este ciclo, desgraciadamente, ya se cerró.

¡Cómo no se me ocurrió reprobarlos para tenerlos de vuelta el próximo semestre!!

EL NOVIO IMAGINARIO (¿la solución del siglo XXI?)

El de cinco sigue siendo el único elemento masculino de nuestra calle. Sigue siendo asediado por niñas y sigue teniendo rachas de no querer saber nada de las niñas. Pero el fin de semana el aburrimiento fue mayor. Y salió y jugó. Estaban en casa él y Dorita platicando cuando lo escucho decir: “¿Quién te dio eso, tu novio imaginario?” Mi sorpresa fue grande, claro, la ofensa fue mediana. Corrí a sangolotear un poco al hijo y explicarle que no es bonito burlarse de… “Pero es que no se está burlando, yo sí tengo un novio imaginario.”

(el silencio se extendió por toda mi casa)

Cuando yo era pequeña tener un amigo imaginario era mal visto o más bien, como no era visto, era malo… Malísimo. Implicaba una serie de ausencias, de emociones que ponían en riesgomucho la estabilidad de una familia. Yo no recuerdo si tuve un amigo imaginario pero sí recuerdo que hablaba sola, es una manía que aún me persigue y que me mete en cada lío… pero bueno, el punto es este mi vecinita de seis años no tiene un amigo imaginario, ella tiene un NOVIO imaginario.

A pesar de ser mamá y preocuparme por la educación y bla bla de los niños no me puse a pensar en las posibilidades de una inestabilidad en su familia, ni de ausencias ni de emociones coartadas… No, yo me puse a pensar en lo fabuloso que sería tener un novio imaginario, uno perfecto, que no diera lata, que no reclamara que te tardas en arreglarte, que nunca se olvidara de tu cumpleaños, que lavara sus propios trastes y cocinara, un novio que…

“Mamá, mamá, mamá… MA MÁÁÁ” , el de cinco interrumpio mi viaje al paraíso de las relaciones amorosas. “Mamá, ¿verdad que no se vale tener novios imaginarios?” Tenía todos los argumentos en la mano para decirle al hijo que sí se vale… pero, en realidad, mis argumentos son enclenques y, en realidad, yo no quiero un novio imaginario. Besar al aire no es lo mismo que besar unos labios tiernos y fuertes, no señorita, no.

No, no se vale tener novios imaginarios.

(Me pregunto si novios inflables si se valen…)

OMARCITO EN FUGA (¿ dónde está, PUES?)

Lo leo en su blog (aunque no postea frecuentemente).

Veo las fotos de su perro sarnoso (adóptenlo, tijuanenses, adóptenlo).

Me pongo los aretes que me dio (con miedo a morir por contaminación)

Lo espero en el msn (inevitablemente).

Espero sus fotos de sylvia y omar en el restaurant tijualiano.

Espero tener noticias de él y compartir noticias mías.

Espero, espero y espero

y el Omar, como los pollitos, está en fuga.

(Sirva este post para decir: te extraño op, te extraño amigote mío.)

LISTA DE 9 ASUNTOS INCOMPRENDIDOS (por sylvia)

Ayer llegué a la conclusión de que hay asuntos que yo simplemente no comprendo. He aquí mi lista:

1) Buffy la Cazavampiros. Lo siento me gustan las pelis de mocos, golpes y sangre pero esta serie nunca la entendí.

2) Los Once episodios sinfónicos de Cerati. ¿Realmente tenía que hacer esto?

3) Los zapatos picudos. Un misterio que las mujeres no se quejen de dicho dolor en sus pies.

4) El café sin mucha azúcar y crema. ¡Es delicioso así!

5) Las nuevas bolitas de queso del McDonald’s. ¿?

6) Bowie cantando con Jagger Dancing in the street. Oh, mi duque, ¿por qué lo hiciste?

7) Todas las películas de Van Damme. ¡!

8) Las ensaladas sin aderezo. Sin comentarios.

9) Julieta Venegas cantando en un anuncio de la Pepsi.

A quien pueda ayudarme a comprende uno, varios o todos estos asuntos, favor de comunicarse conmigo.

POR MI CULPA (a stinky post)

(El de cinco me va a matar dentro de unos años si esto sigue existiendo y tiene la posibilidad de leerlo, así que mejor comienzo diciéndote hijito lindo: i love you and i am sorry).

Lo mejor de los viajes es el regreso a casa. Que te reciban los brazos que más te gustan. Que escuchen tu odisea tijuanesca con atención. Que sonrían ante tu presencia recién llegada. Lo mejor es el regreso en día de quincena. Así, como pretexto de la bienvenida (y la quincena) el de cinco y yo decidimos irnos de compras. Un juguete y un disco respectivamente. Ese era el plan. Sanborn’s, la meta.

Dividimos las búsquedas, uno se va al departamento de juguetes y la otra se va al de discos (aunque no ve discos, porque está con el pendiente que el otro miembro de la familia está solo viendo juguetes). Pasan unos minutos y alguien ya encontró lo que quería. Pagamos. Bien, no hay disco para mamá, veamos los libros. Rumbo a los libros el de cinco (casi seis) encuentra esto, aquello y esto otro y repite incansable:

– ¿Me lo compras? ¿Me lo compras? ¿Me lo compras? ¿Me lo compras?

– No, no, no. No.

– Ándale

– No

– Este nomás

– No

– Por favorcito (cara de hush puppy)

– No (cara de decisión materna)

– Áaaandale

– No, ya te compré algo.

– ¡Qué mala!

– ¿Por qué mala?

– Por mala

– Ya te compré algo y punto.

De pronto un estruendoso sonido y un leve olor rodea los pasillos de los libros. Ahí justo entre Coetzee y Cioran.

– ¿Ya ves? Por tu culpa me eché un pedo (cara de enojo, de muuuucho enojo)

– ¿Por MI culpa??! (cara de sorpresa, de muuuucha sorpresa) (¿ya dije mucha sorpresa?)

– Sí, por TU culpa porque cuando me enojo, me echo pedos.

– … (silencio de más sorpresa)

– … (más silencio)

y luego

¡Risas!

Muchas, muchas risas… doblados de la risa, muy doblados.

El mundo se detuvo, el Sanborn’s se borró, ahí en ese pasillo todo se resumía a mi hijo y a mí. Y aunque a veces apestosa, me encanta mi vida. Y en el viaje, se me había olvidado eso.

Unos segundos después del pedo, cuando me di cuenta de que eso era material de post, volvieron a salirme ganas de escribir en este lugar, volví a darme cuenta de que me gusta platicar lo que me pasa y como no siempre hay alguien enfrente, lo escribo y no importa si nadie lo lee. Yo lo escribo y así también existe y existo. No pinto, no bailo, no tomo fotos, no actúo (aunque hago unos dramitas), no esculpo (ni escupo). Yo, escribo. Ya lo dije una vez, mal que bien, pero escribo. Mea culpa.