ALGO ASÍ COMO UNA TESIS

En mayo me gradúo. Seré MEH. Básicamente tengo lo que queda de febrero y hasta finales de abril para terminar algo así como una tesis. Con eso me gradúo. ¿Cómo voy? Voy bien. En primer lugar pude elegir el tema libremente. En segundo lugar mi tema fue aceptado por mi asesora con gusto.

Lo que voy a hacer que será algo así como una tesis (pero que en esta escuela llaman de otro modo) es sobre la escritura de Imre Kértesz, nada más y nada menos. Estoy absolutamente consciente de que esto será “como clavar un clavo con una sandía” como diría el Völker pero aceptémoslo, eso es lo mío: clavar clavos con una sandía.

Así que si posteo menos o me la paso citando a Kértesz en este blog, ya saben por qué es. Estoy haciendo algo así como una tesis.

NEED A LOVE POEM? FILL IN THE BLANKS

El ocio, sólo el ocio me hace dar siempre con las páginas web más raras. Pero la de hoy no fue rara sino singular. Buscando un poema en específico di con una página que se llama Love Poems Generator . Escriba usted los debidos adjetivos, sustantivos, partes del cuerpo, nombres de animales y flores, y en un click puede crear un poema de amor romantiquísimo. O algo así.

Si hoy le da hoy por ponerse romántico y no tiene lana, pues llene la forma correspondiente y listo. ¿Quién dice que el amor no puede ser burocrático?

LA BAILARINA QUE TODOS TENEMOS DENTRO

Dicen que todas las mujeres soñaron alguna vez con ser la estrella de un escenario. Jennifer lo sabía. Ese día, abrió su maleta, vació su interior y extendió sobre la cama una hilera de mascadas, telas, tutús, listones, plumas, mallas, pelucas, el vestuario todo de una bailarina. Ese mismo día, en la sala se extendía una hilera de mujeres, altas, bajas, serias, sonrientes, menores y mayores de veinte. Ninguna tenía idea. Todas, confesarían después, tenían el sueño.

Una voz, una foto, un motivo único trajo a la hilera de la sala a la hilera sobre la cama. La habitación se convirtió en el más concurrido camerino. Unas y otras se ayudaban, unas y otras se miraban. Volaban telas, listones, plumas, mallas, los pies entraban y salían de unas y otras zapatillas. Se sentía la excitación, se escuchaba la emoción. El sueño.

No. No había un horario para la función, no había música para la función, no había -de hecho- una función. No había escenario, no había director. Había tan sólo un grupo de mujeres que en un instante dejaron a un lado la vida real y se permitieron ser el sueño.

Nunca hubo tantas prima ballerina en una sala de cuatro por cuatro.

Al otro día, cuando Jennifer cerró la maleta, el sueño seguía ahí.

TALES OF THE LITTLE MAN

  1. Hace mucho dejó de llamarse a sí mismo de acuerdo a su edad. Atrás quedaron ya “el de seis”, “el seis y medio”, “el de siete”. Ahora su nombre, su nombre completo es su bandera de batallas.
  2. Admite que cuando sea grande se llamará Mole Antonio. Se desconocen las razones de su decisión.
  3. Tiene cuenta de correo electrónico desde hace dos semanas. Manda correos, chatea, repite: “qué suave es eso de chatear… lo mejor es mandar las caritas de lo que sientes”.
  4. Odia el inglés. Se pregunta si cerca de la casa alguien enseña francés.
  5. Tiene en su poder, finalmente, dos llaveros funky-punky: su tía M realizó una operación digna de Misión Imposible para cumplir dicho cometido.
  6. Su nuevo hobby es cuidar a cuerpo y alma los huevitos que guardan en su interior cuatro curiosos dragones. Estos dragones reciben el trato de cualquier barbie: se bañan, se secan, ven la tele y pasean en auto.
  7. Tiene dieces y sólo dieces en su boleta. Si acaso se asoma un nueve en educación física. Pregunta cuánto puede recibir $$$ a cambio de cada diez.
  8. Se deja tomar fotos frente al estero, finge que ve al horizonte que en realidad lo observa a él.

EL SÁBADO

El sentimiento comenzó como una cosquilla en los pies, ansiedad en las manos, garganta seca y oídos sordos. Me invadió una sensación bien cabrona. Me senté en el nuevo rincón de la casa y me convencí de las circunstancias. Del silencio.

Pero llegó el hijo y luego llegó una, la una, luego la otra y más entrada la noche llegaron las demás. Las razones, les llamo. Se acomodaron en mi casa, admiraron mis paredes, halagaron mi arroz con verduras, algunas comieron de mis almendras y frutas secas. Las razones y yo vimos una película. Reímos.

Las razones me convencieron de que, en mi vida, las circunstancias son otras. “Y la tragedia se convierte en comedia”.

GIMME FICTION!

Claro, por supuesto, no podía ser de otro modo. La música de la película Stranger than Fiction viene derechita del disco Gimme Fiction de Spoon. Claro, por supuesto, no podía ser de otro modo.

AYER, CIERTA ESCRITORA…

Dedicada tanto al periodismo como a la literatura confesóse en pantalla mientras yo comía un tazón de palomitas sin mantequilla con sal, limón y dos gotas de salsa. La susodicha dijo:

  1. Que le gusta escribir de mujeres porque son las más sufridas.
  2. Que no decidió dedicarse al periodismo sino que fue la única salida para evitar un matrimonio francés y una vida aburrida.

No, no se me atoró ninguna palomita a pesar de los constantes intentos de cierta escritora por sacarme de quicio. Escuché y vi lo más que pude, me levanté, fui a mis libreros y corroboré que de esa cierta escritora yo tenía los que considero sus tres libros importantes y necesarios. Borré de ellos la huella de sus palabras en la televisión y les juré que ellos no tenían la culpa de lo que su autora decía en voz alta. “¿Los medios la llevaron a eso? “, me preguntó uno. “No sé, no importa”, le dije, “lo que importa es que te hizo a ti”.

Le puse más palomitas a mi tazón, más limón, más sal, otras dos gotas de salsa y me senté a leer un libro de un autor que no diría esas cosas en la tele.

SANTAS PROMOCIONES, BATMAN

Mi hijo es, como él mismo lo ha dicho alguna vez, un sucio materialista. No sólo eso, es un sucio consumista, presa fácil de todas las promociones de la coca-cola, las sabritas y la bimbo (sólo por mencionar algunas). Inicia una campaña, compra cuanto producto se le ponga enfrente (es decir, su mamá le compra cuanto producto se le ponga a él enfrente), inicia una colección, luego la deja a medias hasta que se le olvida.

Ha sido así por lo menos unas ochomil veces. Tuvimos snoopys, tazos, calcamonías, perritos de plástico enanos y monitos de plástico de unymil modos.

Esta vez ha tocado el turno a los gatitos funky-punky, calcas y calcas de gatitos aparentemente dulces pero en realidad unos punkosos de lo piiiorrr. El hijo, feliz, abre una bolsa de cuernitos voilá con chocolate y voilá sale un paquetito de calcas. Pero, quiso la fortuna que le saliera un cupón intercambiable por un llavero con un funky-punky y todo cambió. La expectativa era otra.

La felicidad duró poco: el dichoso cupón se perdió en los confines del universo y mi hijo no encuentra consuelo. Anoche se escondió bajo los cojines de su cama para “calmar su ira” porque “no se puede superar esa pérdida”. Le dije que ya le saldría otro, que fuera paciente y me contestó: “no, no, no… existen pocas posibilidades” y volvió a esconder su cabeza bajo la almohada.

Esta mañana me ha dicho que soñó que había encontrado el cupón.

La situación es desesperante. Así que me dirijo a usted lector para que en la primera oportunidad que tenga compre unos cuernitos, los disfrute, busque en su interior y si encuentra un cupón por un llavero recuerde que hay un niño en el mundo, un sucio materialista, consumista innato, pero de buen corazón que desea un llavero funky-punky más que nada. Su madre (la suya y la del niño) se lo agradecerán.

WEEKEND OF COLORS

Yo les podría dar detalles. Decirles lo que hicimos, lo que comimos, lo que bailamos, lo que hablamos. Podría describirles incluso cómo nos vestimos el sábado en la noche. Podría escribir párrafos y párrafos de todo lo que hablamos. Podría dar una y mil razones de por qué este fin de semana llenó de color mi casa. Subiría muchas de las fotos en casa, en carro y en playa que nos tomamos.

Pero no.

Todomeloguardo.
To make it last.