LA HERENCIA VERDADERA

Roberto Arlt se quejó alguna vez de la ausencia de las madres como personajes en la literatura argentina. Esta “omisión” nos permite, por un lado, reflexionar sobre el tipo de núcleo familiar que se asoma en la novela contemporánea, y por otro, admitir que es precisamente esta ausencia lo que habrá de impactar en la vida de sus personajes. Este es el caso de dos novelas en particular: Vida y Época de Michael K. (Mondadori, 2006) de J.M. Coetzee y La autobiografía de mi madre (Lumen: 1998) de Jamaica Kincaid.

La madre de Xuela murió el día en que ella nació “y así, durante toda mi vida, no hubo nunca nada entre yo y la eternidad; a mi espalda soplaba siempre un viento negro y desolado”. De este modo inicia el relato de su vida Xuela, la protagonista de La autobiografía de mi madre, quien lejos de temer o adolecer su orfandad, crece con un claro desdén y una completa asimilación hacia aquello que define la existencia humana: el miedo. Esta novela muestra a un personaje que no le teme a nadie ni a nada, Xuela se niega todo rastro de vulnerabilidad a pesar de que su vida en “la isla que perpetuaba el dolor” es un largo camino de pérdida y derrota, siendo la ausencia de su madre la primera. La vida de Xuela denota la imposibilidad de la existencia. Jamaica Kincaid relata la naturaleza humana con una honestidad feroz.

Michael K. nació con labio leporino. Es hijo de una madre soltera. Fue entregado a una institución de educación especial donde aprendió a ser jardinero. En Vida y Época de Michael K., J.M. Coetzee nos muestra la vida de un personaje que se ve obligado a crecer sin su madre, luego a cuidarla en su vejez y llevarla en una carretilla por un territorio hostil hacia su último deseo. En esta novela J. M. Coetzee muestra su destreza para construir vidas y espacios en zozobra. K es marcado por la desolación: vive de niño la ausencia de su madre, atestigua de adulto su deterioro, vuelve una y otra vez a la condición de su nacimiento: la soledad.

Tanto K como Xuela, son hijos de la ausencia, hijos cargando el cuerpo o el fantasma materno, hijos que al nacer son arrojados a un mundo en el cual la brutalidad es la única herencia verdadera .

NUNCA

-Somos Prisioneros de Guerra -dijo Chako-. Nuestros sueños han sido adulterados. No pertenecemos a ningún sitio. Navegamos a la deriva por mares agitados. Puede que no nos dejen desembarcar nunca. Nuestras penas no serán nunca lo bastante tristes. Nuestras alegrías, nunca lo bastante alegres. Nuestros sueños, nunca lo bastante grandes. Nuestras vidas, nunca lo bastante relevantes. Para serimportantes.

Arundhati Roy, El dios de las pequeñas cosas.

LOVE SICK (relato)

Estábamos en la primaria cuando nos dimos cuenta de que mamá nos mostraba amor cuando enfermábamos. Un calambre, una punzada y ella era toda caricias. Una caída, un golpe, un moretón y sus palabras las más dulces.

La severidad se alejaba con un poco de fiebre.

Nos convertimos en los mejores ejecutantes de un dolor de cabeza. Maestros en vomitar. Perfeccionamos tanto nuestro acto que llegamos a confundir un dolor cierto de uno falso. Fingir era un arte. La herencia familiar. Nosotros fingíamos agonía, mamá cariño.

ESTE DIA

Terminé de leer ese poemario que leía a ratitos en la oficina. Me di cuenta de que he borrado una letra de mi teclado. Mi padre ha chocado y aunque está bien la sensación es la del caso. He comprado el medicamento ese. Entregué una película y recibí un libro al que le temo. Alcancé la página treinta de una novela que relata la vida de unos hermanos que fueron separados y se reunen después de veinte años. Pensé en la palabra distancia. Tomé dos litros de agua. Una taza de café y un té helado. Medí mi barda. Acaricié la panza adolorida de mi hijo de ocho años. Escuché de su padre lo que tengo ocho años escuchando. Comprendí que oír las noticias a veces no hacen bien. Apagué la luz deseando una noche larga.

SE VAN

Lo decidí simplemente. Estos libros se van, me dije. Quité de mi librero dos novelas de Solares, uno de Guillermo de Torre y otros tantos de fundamentos de la literatura mexicana publicados hace ocho siglos. Creo que también se va Isabel Allende y algunos de literatura chicana (sin comentarios). Son libros a los que no voy a volver, que me dijeron ya lo que tenían que decirme y que, en todo caso, tendrán otros lectores que los recibirán gustosos. No es que necesite el espacio (aunque pensándolo bien, siempre se necesita el espacio), simplemente se van.

Es lo suave de tener libros, uno puede decidir cuándo se van y cuándo se quedan. Tengo otros libros que se van si hay alguien interesado por mi lista de libros en venta, escríbanme.

EL ROSTRO DE QUIEN YA

Ayer moví mis muebles. Estamos listos para el verano.
Hoy entregué mi casitesis. Estamos listos para el descanso.

Tengo el rostro de quien ya.

ASÍ SON LAS COSAS

Fue hace un par de semanas.

Me pidió que fuera a su casa. Me recibió con la puerta echa pedazos. Por supuesto, pensé que alguien había entrado a robar a su casa. No. Fue su marido. Necesito que te quedes con las niñas, dijo, tengo que ir a… Nos interrumpió su hija mayor. Mamá, la policía trae a mi papá. Era una camioneta. En medio de los dos policías, estaba él, su esposo con el rostro que nunca había visto. El miedo es extraño.

Un oficial bajó, explicó que era necesario que ella fuera a la jefatura a dar seguimiento a la denuncia. De la puerta al carro pude entender que habían discutido por enésima vez, que descuidó a las niñas, que estaba bebiendo, que perdió la llave, que rompió la puerta, que… Y luego se fue.

Me quedé con las niñas en su casa. Estuve casi cuatro horas en una sala que no es mía. En una incertidumbre que no era mía. ¿Cómo se explica a una niña de nueve y a otra de ocho que mamá denunció a papá a la policía?

Ella volvió a las diez. Me platicó de todo el papeleo que tuvo que hacer. Que él tiene prohibido acercarse a la casa, que puede ver a las niñas dos días a la semana bajo las condiciones que ella imponga, que se planteó ya un acuerdo de divorcio. Que él tendrá que darle pensión. Él no trabaja, dice ella, y la casa, el carro, los servicios, todo lo pago yo… Lo único que le tocaba era hacerse cargo de las niñas y no hace eso. Toma todo el tiempo, viene tarde, rompe la puerta, pero ya estuvo bueno. ¿Qué se dice a una mujer en estas condiciones? Tenía un rostro que nunca había visto. La rabia es extraña.

Ayer en la mañana, mientras sacaba la basura, vimos que él había vuelto. ¿Que no el papá de las niñas ya se había ido? preguntó Juanantonio. Sí, le dije, pero así son las cosas.

Entré a mi casa con un rostro que no había sentido en años. La certeza es extraña, también.

CACHO DE TESIS

A falta de algo profundo que postear y que contrarreste el tema del pollo aquí va un cacho de tesis.

Para esta investigación se ha elegido Sin Destino , escrita por el escritor Imre Kértesz. Esta novela relata las experiencias de György un joven húngaro que es arrastrado a Auschwitz y pasa poco más de un año en el campo de concentración de Buchenwald . Esta novela se circunscribe a la llamada novela histórica contemporánea que ofrece innovaciones en contenido y forma: “no recurre a la retórica ni se refugia en los conceptos de la novelística de otra época, sino que se vale de recursos narrativos acordes a sus necesidades expresivas” (Gringberg). En Sin destino, su autor percibe la realidad del campo de concentración como un todo “complejo, problemático, ambiguo y contradictorio” (Dobt) y por lo tanto se ve obligado a buscar técnicas y formas narrativas que sean capaces de mostrar la experiencia del Holocausto. Kertész lejos de optar por un discurso épico dotado adjetivos y descripciones avasallantes –común en novelas históricas tradicionales-, opta por la sobriedad, su narrativa se presenta con una naturalidad y sencillez sorpresivas, pareciera una descripción de lugares y hechos –como lo haría un documento histórico- y no un relato de las difíciles experiencias personales del protagonista. Sobresale en la novela una objetividad y austeridad no propias de un relato de este tipo, lo cual hace trascender los hechos narrados en el cumplimiento de una intencionalidad ética y estética: el impacto del Holocausto. El análisis de esta novela permitirá observar las relaciones entre historia y literatura, puesto que por un lado se somete a las convenciones del género literario y por otro a las de la historiografía pues es, también, una escritura de la historia.

LAS PARTES DEL POLLO

Ayer tuve una profunda e interesante conversación sobre las partes del pollo que gustan y que no. Yo admití que, cuando es posible, rechazo comer las piernas; expliqué que prefiero mil veces las alitas. Si bien es cierto las piernas tienen más carne que las alitas yo llegué a mi tope con las piernitas en la infancia. Mi madre creía (y sigue creyendo) que las piernitas del pollo son para los niños, así que de niña siempre siempre me tocaba comer piernitas. Cuando descubrí las alitas supe que eran para mí. Delgadas, pequeñitas y con huesitos que roer. Me gusta especialmente cuando es pollo asado porque el huesito se dora un poco y cruje. No le pongo peros a la pechuga o a los muslos, de hecho creo que son perfectos para utilizarlos en una buena ensalada o para rellenar taquitos dorados.

y usted, ¿qué parte del pollo prefiere?

ALTAMENTE

Hablábamos del amor y sus demonios. Creo que más de los demonios. Compartimos experiencias como si no fuéramos una la mamá y la otra la hija sino dos amigas tratando de encontrarle sentido a las cosas. Cuando íbamos a despedirnos me dijo, aprovecha ahora que eres altamente correspondida. Y sonrió con una complicidad encantadora.

Mi madre, con frecuencia, es altamente encantadora.