(NOT) SEX IN THE CITY (mis tres amigas y yo vemos tele)

Pues ahí tienen que el miércoles me llama la Elsa (alias la conchaurquiza) y me dice ¿a poco no puedes ir a comer con nosotras al Jung? y yo le digo Conchita, ¿a poco crees que no?

Y comimos en el Jung (ahora Verdeolivo), el veintiúnico restaurant de comida vegetariana de la ciudá. Ensaladita, crepas de huitlacoche, agua de jamaica (ni modo de pedir Pecsi) más ensaladita y aderezo de nuez. En la sobremesa se llegó a la conclusión de que veríamos un par de capítulos de Sex in the city, propiedad de la antes mencionada concha, myriam, cristina y yo (al hijo, que también iba, se le prendería un gameboy pa que sentretuviera).

En el cuarto de la Maricarmen (que es grande, cómodo y con muchos espejos) nos acomodamos bajo una buena cantidad de cojines y nos echamos fácil cuatro-cinco episodios. Llegamos a la conclusión de que, en efecto, yo soy miranda, myriam es charlotte, cristina es carrie y elsa (concha) es samantha… bajo el curioso efecto de la delgadalínea ficción-realidad, reímos, suspiramos y nos dimos cuenta de que somos pinches personajes de t.v. (gringa)…

Fue una tarde agradable. Al final nos prometimos hacer algo el sábado: Cristina dijo ¡un antro! (cara de gusto), Myriam dijo ¿un antro? (cara de no), Elsa dijo ¡Fiesta! (cara de más gusto) y yo dije: ay, lo-que-se-a (cara de no meimportaqué pero hagamos algo que mi vida lo requiere).

Ya les diré qué hicimos…

EL VERANO DE SYLVIA (soleado soleado)

Y qué hace Sylvia ahora que no escribe diariamente en su blog, se pregunta usted amable lector… a continuación presentaré una breve reseña de mi verano:

1) Leer: Sylvia ha leído, so far, Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Stevenson, El tiro de gracia de M. Yourcenar, Amantes y enemigos (ejem y ejem) de Rosa Montero (ya les dije que me gusta mucho rosamontero?), Cómo conocer tus chakras (ni modo, soy rara), La nota negra de san francisco hinojosa (el de lentes), está entremedio del El clan de los insomnes de Vivian Abeshushan (que recién le raptó la myriam) y Vapor de la julietitagarcíagonzalez…

2) Comer: he preparado espaguetti (nunca sé como escribirlo bien) de mil maneras, he preparado hielitos de mango y cremas de coliflor y brócoli (no untar en la cara), arroz gohan (especial aunque sin polvito de pescado) y he comido en el mcdonalds, en el carls, en el asia, en el ikko, en la fábula y hasta en el verdeolivo…

3) Ver películas: ¿ya les dije que ya tengo dvd?

4) Escribir: una novela que al parecer sólo a su autora disgusta (en otro blog les hablo de esto)

5) Pensar: que mi vida da vueltas y luego vuelve al mismo sitio, que mi hijo es grande y maravilloso, que necesito un nuevo colchón y lavar las ventanas, que mi corazón está distraído y mi cerebro sitiado (necesitaré una lobotomía?), que debo ponerle más límites a mis vecinos (material también para otro post) y aprender a cambiar el aceite de mi carro…

6) Extrañar mi blog.

LUCÍA Y EL EXO (un post para la bella lucía)

Y cuando nos despertamos Lucía estaba ahí. Leyendo el blog de una fulanita que no conoce con una vida relacionada con fulanitos que tampoco y sin embargo, leyendo. Y Lucía escribe. Y Lucía se pregunta si debe hacer, pensar, decir, sentir algo cuando un ex truena con la razón de su separación (¿así es la cosa, Lucía?).

Y yo me pregunto si puedo decir algo al respecto. Y no dejo de pensar en ese capítulo de Sex in the city (ni modo, lo he visto) en que Carrie (la escritora) es invitada a dar una charla sobre cómo pescar marido en N.Y. cuando,  en realidad, ella misma no tiene bendita idea de cómo…

¿Qué hacer, Lucía, cuando esebato está un poco más cerca que antes?

No-lo-sé. Sólo sé que se supone que el jarrito que una vez se quebró por más kolaloka que le pongas jamás su tronco endereza.  Sólo sé que el futuro de una no debería estar en manos de alguien más (yo a veces pienso que ni en mis propias manos). Sólo sé que hay que ser fuertes, crearse espacios, mundos, dinámicas que te enriquezcan… porque como dice Antonio Muñoz Molina, la soledad es también la celebración de la individualidad (a ver si luego me lo recuerdan también a mí porque cuando tengo ataques de tristísima se me olvida lo de la celebración de la individualidad).

Así que no aflojes Lucía, que de seguro lo peor ya lo viviste… lo que venga noooombre es un muy rainy day pero sólo eso…

 

p.s. (comentaristas de mi blog, ¿cómo me vi en mi primer y último post de consejería??)

 

AIN’T HAVING ANY

Nada.

Nada de nada.

I ain’t having any…

na     da.

Checo mi correo y nada… lo preocupante es que ni siquiera tengo correos de bulk mail…

 

mi vida es triste… triste triste…

UNAS CUANTAS DUDAS (rexistenciales)

1) ¿Por qué a la tecnología más acá se le llama “tecnología de punta”?

2) ¿Por qué a la música vernácula se le llama música vernácula?

3) ¿Quién inventó la arroba, quién la bautizó arroba y quién decidió su uso?

Creo que estas vacaciones han sido, so far, demasiado ociosas para mí…

YA EN SERIO (confiesen)

En el único Sanborn’s de esta ciudad hace unos días había un ejemplar único de una novelita de Adriana Díaz Enciso. A los días volví por ella (y por otra de julieta garcía gonzález) y nada.

De sa pa re ci da.

¿Cómo va a ser?, me dije.

¡Cómo va a ser!, me repetí.

Lo más misterioso desta misteriosa escritora es que los tipejos del Sangron’s me juraron y perjuraron que no estaba y que tampoco había estado JAMÁS dicha novela…

Le pregunté a mis allegados (y que saben quién es la susodicha autora): ¿tú compraste la novela de…? silencio.

Ya, confiesen: ¿quién la compró y me la va a prestar de perdis?

MUSIC MISSING (se recompensará a quien…)

Desapareció.

Mi estuche de discos desapareció.

Fue visto por última vez en biblioteca, donde estaba trabajando. La culpa de todo la tiene el clima y es que como ahí hace mucho frío, me la paso en un ir y venir al baño. En una desas emergencias alguien de seguro llegó, vio y apropióse.

Así pues, me invade una “infinita tristeza” por la ausencia de:

-Sí, de Julieta Venegas (oh, julieta, julieta…!)

-Tales of a Librarian, de Tori Amos (“aaamos, te gusta tori”, dijo la natalia)

-Aqua Mosh, de Plastilina Mosh (lo peor es que, bestias, el disco era del Edgar, lo cual implica que deberé heredarle mi Hola chicuelos, también de PMosh, sniff)

-Reality, de David Bowie (lo bueno que no fue el Heathen, pero de todos modos, buaaaa, bowie!)

-Próxima estación esperanza, de Manu Chao (aunque el meza diga que me hicieron un favor, yo extraño que el chaparrito me diga: “me gusta la montaña, me gustas tú”)

y otros dos que, oh my!, ya ni me acuerdo cuáles son…

Se suplica a algún alma caritativa poseedora de alguno destos discos (porque son tan o más eclécticos que yo) que se apiade desta pobre nena y le queme uno o todos estos discos porque: I miss my music!

HORMIGAS EN LA CASA ( attack of the killing ants)

Hay quienes dicen que soy un tanto obsesiva con la limpieza (y con la comida y con el orden y con…). Se burlan de mí porque cuando voy al mandado lo que llevo con más gusto son los productos como: cloro, lysol, pinol, windex y ajax. Pero bueno, así soy. Y eso que no saben que una vez a la semana, por la mañana, sacudo montones de ajax en mi regadera y echo un poquitín de agua… y todo el día estoy pensando que quedan pocas horas para volver a casa y… cha ca cha chán, ponerme a cepillar a rodilla pelona el piso de mi regadera feliz y extasiada…

Bueno, esto sirva para decir que mi casa no es sucia.

Por lo tanto.

No entiendo, no señor, no-en-tien-do porque hay tanta pinchi hormiguita en mi casa. Sí, desas chiquititas rojas que de lejos ves tiernas pero que si te pican ah jijos cómo duele. Cual niñitas margaritaprimavera: maldito mordidón en el dedo gordo!

Total que ahí están.

Primero les dio por entrar por un huequito en la puerta de la cocina. A limpiar, limpiar, limpiar: cloro, pinol, cloro, pinol… lysol para matar gérmenes… cloro, pinol, cloro, pinol… Doña Silvia (mi amá) me dijo que les pusiera un limón cortadito y que no se acercan: ¡Eureka!

Pero luego les dio por entrar por la puerta principal y hacer un camino muy conceptual hasta la mesa del comedor y, ¡asco!, hicieron un parque de diversiones ahí arriba… todo por culpa de un chicharito viejo que debe haber dejado mi chicharito apiñonado. Va: cloro, pinol, cloro, pinol…lysol, cloro, pinol y rebanada de limón.

Acabé con un porcentaje de la población hormiguesca de mi casa. Dije bien: un porcentaje solamente. Anoche llegué y había cuatro hormigas en la alfombra, seis en la regadera, tres en las patas de la mesa, dos en mi recámara y yo entre histérica y preocupada… eran pocas pero ¿por cuánto tiempo? ¿Sobreviviré el ataque de las hormigas asesinas?

Y estoy en el trabajo, mediocontenta porque ya es jueves, pero no dejo de pensar que yo, sylvia, tengo hormigas en la casa.

Un Alma Cercana