2009-2019

En 2009 mi vida se caía en canto. Y no. Tenía un buen trabajo, un puesto lindo, daba las clases que yo quería como yo quería. Tenía casa, carro, viajaba poco pero viajaba. Tenía, eso sí, una relación que se venía a pique porque a veces eso pasa en las relaciones, con la distancia puedo ver que  no era la una o la otra, eran las dos partes de esa relación. Digamos que íbamos por diferentes caminos o bien teníamos diferentes ideas de lo que una relación es o simplemente no teníamos los mismos propósitos.

Importa y no.

En 2009 decidí tirar una moneda al aire. Me dije, voy a intentar algo y si no sale no pasa nada porque ahorita mi vida está resuelta aquí. Era el momento de irse un rato para volver y quedarse. ¿Ya dije que también estaba escapando? De mí, claro, del corazón doblado, de la vida toda.

En 2009, sin saberlo, me preparaba para una nueva vida.

Han sido diez años de crecer, de llegar y ser nadie, de asumir ser nadie y luego tratar de ser alguien. Han sido diez años de vivir en casas, departamentos, uno peor-mejor que el otro. Han sido diez años de vivir sola, vivir con Juan, vivir con Barbudo, vivir con gatos: todo paulatinamente. Han sido, también, diez años de pérdidas: Samuel, mi hermano, mi madre, mi sobrina, cachitos de mí en ellos.

Han sido diez años de encontrar en la escritura y en la curaduría de la escritura de otras una forma de ser yo.

Y de pronto llega el 2019 y en el día 19 del primer mes llega un mensaje que me hace pensar que este, como el 2009, será un año importante.  2019  me digo, será el año en el que yo aprenda no a ser alguien, sino a ser yo, toda la yo que puedo ser.

Y no lo hago ni lo haré a solas.

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