escribir en la dirección del miedo

el otro día leía una entrevista a brit bennett, autora joven de una novela que muero por leer. ella decía que al trabajar en este libro lo hizo consciente de que escribía en dirección del miedo. su miedo. la frase se ha quedado conmigo por varios días.

escribir en la dirección del miedo.

sin darme cuenta lo hago también, o al menos lo he comenzado a hacer. ocurre en todoesoesyo. ocurre en el libro de cuentos que trabajo con la lentitud de una tortuga. ocurre en ese otro proyecto que, de tanto miedo, aplazo en la pantalla.

escribo en la dirección del miedo. ¿para evitarlo? ¿para enfrentarlo?

no sé.

no importa.

lo que importa es hacerlo.

lo que importa es tener una dirección, la que sea, aunque después se cambie.

lo que importa es escribir.

¿por qué, si no por escribir, lo dejé todo un día y me vine a esta orilla de este país?

hoy es mi segundo día con cuarentaytres años, y he amanecido con ganas de asumir cosas: el miedo, por ejemplo.

Un Alma Cercana