sueños

tengo dos días seguidos soñando a mi mamá. antier me decía: “no has hecho lo del seguro,” y bueno ayer por la tarde entre estornudo y estornudo me puse a hacer el trámite para que Juan se pueda enfermar sin que yo tenga el alma en un hilo. me hizo gracia, mi mamá en vida hubiera hecho eso exactamente: recordarme lo que no he hecho. entiendo entonces dos cosas 1)que no se ha ido y 2) que sigo necesitando a mi mamá a pesar de mis cuarentaypocos.

anoche el sueño fue distinto. estábamos en el DF en casa de mi hermano Gerardo y teníamos que llegar al aeropuerto. mi hermano no llegaba, ningún taxi pasaba y a mí me daba la ansiedad loca esa que me da cada vez que tengo que viajar. yo repetía “vamos a perder el avión,” ella decía “compramos otros boletos y ya.” mi mamá en este sueño era más progresiva, porque nunca hubiera dicho eso, antes me hace correr aunque sea descalza (¿ya les dije que con frecuencia me sueño descalza?) para alcanzar el avión. el punto es que en algún momento llegamos al aeropuerto, sólo que el aeropuerto estaba cerca de Madero, cerca de esa churrería que tanto le gustaba. de pronto la urgencia de despedirnos de mi hermano, la urgencia de correr a alcanzar el avión y de pronto no éramos ella y yo, sino que éramos ella, mi hermana y yo.

salto en el tiempo.

llegábamos a un paraíso, en serio, un lugar en la orilla del mar, con olas gigantes (mi mamá con frecuencia soñaba olas gigantes) y delfines, focas, cangrejos que caminaban a mil por hora. estábamos frente a un cielo azul y rosa que atardecía con la misma lentitud que las tortugas avanzaban en mis pies.

salto en el tiempo.

amanezco pensando en mi mamá, en todas las cosas que no hicimos junto a mi hermana. amanezco pensando en que también para los sueños lindos la necesito a ella. aún a mis cuarentaypocos.

Un Alma Cercana