pintar dentro (y fuera) de la línea y otras manías

A estas alturas del campeonato todos ustedes lectores saben ya que yo tengo ansiedad (nótese: ya no digo: “sufro de ansiedad”) Después de subidas y bajadas, médicos, remedios caseros y oraciones a la virgen de las ansiedades (porque claro que hay una), he aprendido a vivir con ella, a convivir con ella. En un tiempo ir al gimnasio era el remedio más eficaz, pero dejé de hacerlo por falta de tiempo y ganas. En otoño e invierno tejer es lo que me ayuda a disminuirla. Andar en bici también. Hay temporadas en que la ansiedad dicta mi vida, tan nefasta ella. Hay temporadas, hay que decirlo, en que ni me acuerdo de ella. Pero cuando sí, cuando se muda a mis piernas y a mis dedos es la cosa más incómoda del mundo. Solo alguien que ha sufrido ansiedad o este raro síndrome de piernas inquietas que vive en mí desde el 2009 entiende lo que digo.

tazaEl caso es que hace un mes entre la mudanza, las seis clases o vayaustéasaberqué la ansiedad estaba de lo más insensata. Caminaba yo un día por Barnes and Noble y entonces descubrí un pequeño tesoro: libros para pintar para adultos. Libros con diferentes tipos de imágenes, libros creados para lidiar con la ansiedad, para entretener la mente, calmar la mente, o domar la mente. Y sí, me compre un libro y una caja de acuarelas en lápiz (que es una cosa maravillosa).

No sé, no recuerdo si yo tuve libros de pintar de niña. Asumo que no por la forma tan nefasta que tengo de colorear. Lo que sí sé es que este ha resultado un entretenimiento precioso, me vuelvo a una infancia llena de formas y colores, me vuelvo a una edad adulta que sí que también que ¿por qué chingados no? puede también estar llena de formas y de colores.

ellaSoy color y forma.

Soy acuarela.

Soy esa la que pinta dentro y fuera de la línea.

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