cuando el alumno te enseña

tengo un alumno que tiene el cabello rizado más hermoso del mundo, es largo largo, brillante, negro. su cabello es algo así como la frazada de Linus, a veces siento que es su mantita de protección. mi alumno es sonriente, dulce, participa un montón en clase, lo que es mejor: me hace cientos de preguntas.

el martes se me acercó porque me vio leyendo un libro de sikelianos, me dijo que lo leyó también para una clase, una cosa llevó a otra y me contó que para esta clase está haciendo un proyecto de investigación/poesía. “mi mamá murió cuando yo tenía nueve años,” me dijo. “no la conocí, y ya no están sus cosas, tampoco sus fotos, estoy investigando.” mi alumno está explorando memorias, espacios. mi alumno se ha puesto a leer todo lo que pasó en el mundo el año en que su mamá murió.

lo escuchaba yo atenta, haciéndome la valiente, sonriendo cuando en realidad quería llorar por la hermosura de sus palabras. pensé, claro, en mi mamá y en su ausencia, en lo que sé y no sé de ella. pensé, por supuesto, en el recetario que hizo a mano, en el montón de agendas que llenó con cosas curiosísimas. pensé, vaya que pensé, en todos los documento que de ella guardo en mi cajón.

mi alumno se fue tranquilo y campante, le prometí mandarle información de proyectos similares. yo, en cambio, me quedé temblando. ¿tendré un día yo la valentía de explorar a mi madre como lo está haciendo él, él que apenas roza los veinte años y está ya en el camino correcto.

porque, escribir de una mamá que ya no está es el camino correcto, verdad?

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Un Alma Cercana