My Emily

A últimas me ha surgido una curiosidad por Emily Dickinson. Estoy releyendo sus poemas, releyendo su vida. Leyendo su rostro en esa la única foto que existe. Veo la foto y luego vuelvo a las páginas, de sus poemas y de la novela Miss Emily que Nuala O’Connor ha escrito y que de una manera sutil nos acerca a esas las rarezas y bellezas de Emily.

Barbudo me dice “no agarres ideas,” cuando le leo en voz alta “I am in the habit of this house, and it is in the habit of me. We mourn each other when we are apart. And so it is folly to separate often.” Le preocupa un poco que me emilie un día y me dé por no volver a salir de casa. Le digo que no sucederá pero me cuestiono ¿de veras no sucederá? Porque hay días que soy más feliz en mi sillón, en mi cama o en mi cocina, que en cualquier otro lugar de la ciudad. Ah, la ermitañez.

enhanced-15445-1398980938-4Me intrigan las razones del ermitañismo de Emily, así que leo, la leo, la leo en sus poemas, en las páginas que sobre ella inventa O’Connor, la leo en su foto. La leo en silencio. Emily sin duda tenía algo de emo.

 

Un Alma Cercana